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El pasado persigue, algunas veces, como caballos de carrera, otras, como burocracia.

Y cuando persigue es cuando el capítulo final, no se ha escrito, que no significa que uno no lo conozca.

Pero todos dicen que el pasado es el pasado, que el pasado ya pasó, que lo que pasó, pasó.

En un pueblo lejano, escucho --------- y pienso en el pasado.

Si tuviera que escribirlo lo dividiría en:

MADRID- VIÑA- SANTIAGO

Lo subdividiría en:

Madrid: Casa en Parque Lagos, leche con plátano, vómitos en el bus camino al colegio, playas del mediterráneo, pedaleo en el mar.

Viña: Años nuevos con fuegos artificiales en el techo del edificio, clan de amigos, Nintendo, fiestas en la sala múltiple, Pucón y las cabañas de madera.

Santiago: cambio de colegio, tequila que me tuvo 4 años sin saber de mi familia, primer pololeo, definición de gustos musicales, hombres y hombres.... aburrimiento, adultez, enamoramiento definitivo.

Y presente...

Algo dulce, ahora estoy en el capítulo 3 leches, helado de chocolate amargo, todos mis favoritos juntos.
Aunque hay que decirlo, a veces, se cuelan unos murciélagos que rápidamente vuelven a su cueva.

Es rico saber definitivamente lo que te hace bien, lo que te hace mal, no solo saberlo sino que hacer lo que te hace bien y no hacer lo que te hace mal. Creo que para mi, eso es la definición de madurar.