miércoles, 19 de noviembre de 2008

FIDEL AMABLE ARAVENA


Fidel Amable Aravena se retiró en los años cincuenta de detective de investigaciones de Chile, en lo que en su época llamaban ser policías.

Su vida comenzó en el norte, su primer trabajo, guardia de la mina El Teniente, luego fue carabinero, trabajo en oficios relacionados con la seguridad, hasta que gracias al método de superación, terminó siendo detective de investigaciones de la época, consolidándose como uno de los más conocidos entre los mejores detectives gracias a su peculiar forma de ser.

Le decían el "natre", nunca tuvo compasión con el enemigo, no le molestaba lo que en su época se ocupaba para castigar ladrones, violadores o quienes quebraran la ley, métodos de tortura que le parecían normales y necesarios, no existían leyes relacionadas a la defensa del acusado ni menos algo llamado derechos humanos.

Siempre iba de terno, nunca se le vio sin corbata ni menos sin su pistola cargada en su cintura, la camisa sin ninguna arruga y los zapatos lustrados con el toque final, su gorro que lo hacía sentir importante.

Fidel se jactaba cuando le ponía la pistola cargada en la boca a los peruanos que vivían en Tacna, solo para asustarlos, entre muchas otras historias que en su momento las contaba con tanta gracia. Le hizo favores a todo tipo de personas, políticos que iba a ver al congreso, directores del ejército de distintas áreas o quizás empresarios que necesitaban la ayuda del conocido Fidel.

Su segundo nombre no es más que una ironía de su personalidad, era machista, serio, su señora le decía constantemente que su asma o ahogo que solía darle era producto de "un mal" que le hizo otra mujer o quizás cuantas. Apenas llegaba del trabajo tenían que lavarle los pies en un recipiente de agua tibia siendo una obligación rutinaria.

A los cincuenta años se retiró de detective, se hizo aficionado a la apuesta de carrera de caballos al igual que a gastarse todo su dinero, vivía en Llolleo con su señora en la casa de su hija que ya estaba casada, tenía siete nietos, en la casa siempre había una cocinera, Betty la niñera de los niños que no se mezclaban con las demas empleadas, la que iba a encerar, la costurera, la que planchaba todos los días por mencionar algunas de las personas que trabajan en la casa, tenían un buen pasar, su hija y marido eran dueños del supermercado del pueblo y la tienda de géneros, eran los únicos niños del pueblo que tenían autos en la casa y la opción de tomar Coca Cola todos los domingos con grandes banquetes, así mismo, hijos del rigor, tenían que trabajar en las tardes en el supermercado de su padre.

Fidel no dejo de gastarse todo el dinero de su jubilación y los pesos que encontrase en la casa, a pesar de no trabajar, nadie se explicaba porque nunca se sacó la pistola cargada en su cintura, así de vez en cuando los nietos eran espectadores de la escena extraña de su abuelo vestido con terno impecable como iba al trabajo y su pistola cargada regando el jardín de la casa.

Con los años la cabeza de Fidel no era la misma, acusaba a su hija de besarse con el jardinero buscando una excusa para ocupar su pistola cargada que en años ya no ocupaba, insistía que se había ganado la Polla Gol y se la habían robado, interrogando a sus nietos si eran aliados de sus padres quienes le habían sacado toda la plata del cajón con el premio ganador, bien no tenía conciencia que fue el quien gastó todo y que apenas en su vida tuvo algo de dinero.

Sus nietos con sus contactos pudieron jactarse de varios beneficios, ninguno hizo el servicio militar porque Fidel con su amigo de reclusión militar les saco la obligación del estado de hacer el servicio, tenían acceso a vales para una piscina que poca gente iba en su época haciéndolos sentir exclusivos, pudieron escuchar las aventuras que hoy un niño las podría comparar con cualquier película de acción o las escenas sangrientas con una película Gore, jugaban a tocarle la pistola y salir corriendo cumpliendo con el objetivo de tocar tan apreciado objeto de su abuelo.

A los ochenta y cinco años murió, poca gente fue a verlo a su funeral.

Lo recuerdan como un personaje que marcó sus vidas, a pesar de que no era ejemplo a seguir.

Mi bisabuelo, un nazi y detective privado.